Sunday 11 September 2011

Picones de Roberto Lerner publicado en Peru21

Picones

Autor: Roberto Lerner
Lo importante es competir, ¿no? Claro, sobre todo si son otros los que pierden. Perder es desagradable. Saber hacerlo se va adquiriendo poco a poco.

No esperemos, pues, que nuestros niños pierdan con gracia desde el principio. Pero los picones sufren rechazo que contribuye a que se exacerben sus emociones cada vez que compiten. De esa manera se crean famas difíciles de disipar.

Consejos cuando un niño hace un berrinche cada vez que pierde: Reconocer que perder no es fácil y genera sentimientos desagradables.

Tratar de poner en un contexto lo ocurrido: perder una vez en un juego no significa que se va a perder siempre, y perder en un tipo de competencia, no significa perder en todas las actividades. Los seres humanos tenemos ventajas comparativas diferentes.

Si es un juego de azar, todos comenzamos desde el mismo nivel y tenemos las mismas oportunidades. Eso es algo que un niño puede comprender poco a poco. Sin embargo, cuando se trata de una competencia basada en habilidades, el niño debe aprender que éstas son diferenciales.

Cuando se hace una carrera se puede dejar que el niño decida con cuánta ventaja desea contar. Eso le enseñará a graduar sus esfuerzos. Aunque parezca cruel, no es beneficioso que el adulto se deje ganar. Cuando ello ocurre, hasta los pequeños se dan cuenta de ello y se sienten bastante mal. Mejor es dar a nuestro contrincante ideas y pistas de cómo hacer mejor las cosas. De esa manera se sentirá protegido pero no tratado como idiota.

Cuando el temperamento gana a nuestro pequeño contendor y hace una pataleta, es mejor ponerlo al margen del juego y la competencia por un breve lapso, y decirle que más importante es nuestra relación con él. Para comenzar: ¿somos nosotros buenos perdedores?

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